21 marzo 2007

La Luz del Invierno

Cuando la luz del invierno se hace presente la nostalgia ocupa las montañas y la nieve siembra sus laderas, enfriando los caminos que hacia las cumbres llevan. Entonces el frío se apodera de todos y desplaza esos veranos que los montañeses quisieran no abandonar nunca.

Nuestra Vijanera

Este es mi pequeño homenaje para algo tan grande

Si hay algo que merece la pena destacar. Si hay algo que desde sus gentes este valle a sabido poner en marchar y recuperar con todo el acierto que desde mi punto de vista, vale la pena destacar para bien de ésta, nuestra comunidad, es la fiesta que antaño se disfrutaba por toda la cantabria prebélica del 36. Y esta es la Vijanera. Fiesta que los mozos y mozas de Silió (Ayto.Molledo) con gran esfuerzo y dedicación se han currado para admiración y disfrute de todos los que cada primer domingo del año se acerquen a esta localidad entrañable.Mis mas sinceras felicitaciones que antes no pude hacerles llegar pero que gracias a este mi blog, me va a permitir publicitar gratuitamente cada vez que concurran estas fiestas.
Viva Silió!! Viva la Vijanera!!



Viva Silió!!! y Viva la Vijanera!!

Fotos de siempre y de ahora

Silió (porque también es Molledo; al menos para mí)



Nieblas hacia el Valle de Iguña desde el Pico Navajos


Cresta del Pico Navajos desde el Alto de la Rasía



Estación de Molledo


Molledo desde Los praos de la Sierra en Monte Corona


"Las de Siempre"


Virgen del Camino en su ubicación de la fachada Este de la Iglesia de Molledo




Campo La Iglesia de Molledo


Bolera Juan Alvarez de Molledo


"Los de Siempre"


El cocino de Arca y cambera a Caceo



Casa Madrazo


Fuente Jacoba


Ermita SanRoque de Molledo


Iglesia de Molledo


Inscripcion desmenuzada:
"...Antiquísima reedificación del año 1713
Limosna para esta imagen. Madre de Dios del Camino.
Que ha hecho tantos milagros, que no es posible decirlos.
No dudeis el conseguirlo todo cuanto pretendais si a la Virgen del Camino en el corazón llevais..."

¿De dónde soy?


Dice un refrán que se és de donde paces y no de donde naces. Pues bién a veces esto es muy difícil de llevar a la práctica. Y no porque uno no lo sienta, sino mas bien porque a ese uno no le dejan sentirse.
Primero cuando era pequeño siempre nos decían: ¡qué vienen los veraneantes! con clara exclusión al lugar y elevado acento de extraño y a veces extranjero. A continuación, pasado mucho tiempo y después de certificar años de inquebrantable fidelidad a mi pueblo. He oído en alguna ocasión no poder estar, o compartir algún evento por no ser de este pueblo. Y por fín , cuando por circunstancias de la vida que te alejan de la asiduidad al lugar, es cuando te dicen aquello de: ¡...qué pasa ya no vienes nada por aquí; nos has abandonado, etc!
En fín no lo entiendo muy bién. Forjas y dejas amistades, forjas y dejas amores, también correrías y trabajo de codo con codo, pero nadie te deja anexionarte con claridad. Soy, voy y me siento de Molledo, esté donde estè. Vuelva o no a mi pueblo, mi hogaza, mi cuna.

Eggunnaes

16 marzo 2007

Hoy empezamos


La diferencia entre esperar y prosperar. La estación de tren de Molledo siempre ejerció en mí un poder de atracción, entre lo nostálgico y la esperanza.
Recuerdo aquellas historias de mi abuelo Pepe cuando una noche de invierno llegaba a Molledo en aquel tren de cárbon y dirigiéndose a Arca fué perseguido por un lobo al que mantuvo a raya con un simple mechero de "mecha" hasta llegar a su casa. El lobo se pasó toda la noche rasgando la puerta con sus garras extendidas y sus fauces babeantes.
Después pasaron los años y fuí yo quien uso ese tren al que mis padres llamaban el chispas (por aquello de los chispazos que se generaban en el tendido eléctrico, supongo yo). Cuantas veces lo usamos mis amigos y yo para ir a las romerías y verbenas de los pueblos vecinos. Arenas de Iguña, Bárcena de pie de Concha, Las Fraguas, Reinosa, Los Corrales, Ah! que tiempos aquellos tan inolvidables. Llegamos a ser el grupo de amigos más grande que jamás se formo en Molledo, según algunos abuelos. Recuerdo a Paloma, Ramonin, Piluchi, Oscar, Miguelin, El Belga, Nando, Juanillo, Marisa, Alcaraz, Encarna, El Tato, Ana bella, Javi, Laguillo, Filipino y su hermano Javi, Manel y tantos otros que ahora no recuerdo los nombres. ¡Que corros formábamos en aquellas fiestas!; ¡ Qué maratonianos aquellos partidos de fútbol y baloncesto en la pista de las escuelas! y esas otras marchas que hacíamos subiendo al moral: recuerdo que la primera vez que subimos monte arriba en dirección a la Ermita del Moral la iniciamos a las 4 horas de la madrugada siguiendo a un guía (Nardito) que, sin estar muy seguro de por donde íbamos, nos llevó hasta el alto de la Rasía y después a Obios y a buen destino, con linternas y entre garabitas, zarzas y alguna vuelta pa´ca y pa´lla.
Disfrutabamos a tope de manera muy sana.
Después llegaron otras cosas distintas pero creo que no tan idealizadas como aquellas que ocurrieron en un momento de esperanza y por un momento mejor. Luego todo aquello se diluyó para no volver a reproducirse jamás, que bonito y que triste.
La estación de Molledo nos trajo y más tarde nos llevó para siempre.
Jorge

Fiestas de Molledo 2022