25 octubre 2020

Escurrias y colaciones

Cuando hablamos de escurrias(sin acento en la i) y colaciones me estoy refieriendo a dos tradiciones antiquísimas de la zona del Valle de Iguña. que es posible que muy pocos las recuerden e imposible encontrarlas en la red
Ambas costumbres han ido perdiéndose en la semántica y en el tiempo. Las escurrias dejaron de hacerse por que los tiempos de nuestros jóvenes actuales han caído en las manos del movíl, sustituyendo la acción por la inactividad que las nuevas tecnologías han aportado de manera negativa.
Y las colaciones, se han ido transformando semanticamente en ayudas humanitarias, que aún hoy se siguen realizando, pero de forma mas globalizada.
Según  el diccionario popular montañes que Adriano García Lomas editó en 1922 , escurria se define como hacer correr o huir con piedras.
Y las colaciones es mas dificil encontrar definicion, ya que muchas de ellas se encuentran relacionadas con la cocina y su elaboracion. Pero este verano El Candelario me ha facilitado esta entrada con titulares como Escurrias Iguñesas y Las colaciones en el Valle de Iguña, por lo que me agarro a su presentacion para hacerla de nuestro interés.
Las colacion era una costumbre que consistía en prestar ayuda de forma desinteresada a los vecinos que pudiesen necesitarla. Esta costumbre se hizo ley y por tanto se decidía en la Juntas Vecinales. Era solicitada por todos aquellas personas o familias que necesitaran ayuda para labrar sus tierras, segar sus praos o vecinos caídos en desgracia por muerte de alguna de sus vacas o por que se les habían quemado parte o todas sus propiedades. Antaño se ayudaba a los matrimonios jóvenes que necesitaban construir un hogar para lo cual se repartían las labores entre todos los vecinos. Y a esas vivendas se las llamaba "Jumazgo". Hoy en día solo queda el rastrillo que se ha instalado en las casa del cura de manera permanente en Molledo, al que acuden personas con diferentes necesidades. Ya nadie requiere esa ayuda vecinal, para segar, recuperar la vivenda quemada o aliviar las penas por la vaca perdida.
 Sin embargo las escurrias iguñesas han desaparecido por completo, para alivio de padres y madres y de alguna que otra cabeza, libre de ser suturada. Éstas recibían el nombre de las guerrillas o combates que entre pandillas de niños "se regalaban" por motivos no motivados. Se utilizaban piedras que eran lanzadas a mano o con una honda. Se tomaban posiciones estratégicas que el enemigo trataba de rodear para capturar prisioneros. Los jefes eran siempre los críos de mayor edad y el objetivo consistía en defender el honor y orgullo y ser mas valientes que otras pandillas. Estas batallas campales eran muy similares a las famosas hurrias santanderinas en las cuales finalizaba con la primera gota de sangre que se producía. De estas no encuentro fotos, pero seguro que puedo presentar alguna cicatriz.

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