“…Burgos se transformó en
destino turístico al invertir en los yacimientos y en el museo de la evolución...Hoy
en día, la revalorización del patrimonio es la mayor riqueza de los territorios
… No sé porque nunca se ha usado esa figura(parques arqueológicos), quizá por
falta de ambición o por una falta de visión de todo lo que ofrece…”
Prehistoriadores,
presidentes de patronatos y directores de cuevas entre otros, hablan de la
importancia que tiene la figura de los parques arqueológicos.
Preservar estos patrimonios heredados de la historia persigue el disfrute
y su conservación. En el pueblo riojano de Enciso
viven 172 habitantes, pero entre Semana Santa y Octubre reciben a unos 35000 visitantes.
Acuden para poner un pie al lado de una huella de Iguanodón, una de las
propuestas que ofrece el parque de paleoaventura Barranco Perdido y que desde
que abrió en 2010 ha triplicado las visitas a los yacimientos de icnitas del
entorno, huellas de dinosaurios….¿Sólo ver huellas? La administración riojana
convierte el conocimiento en una oportunidad empresarial que supera de largo
los 10.000 visitantes.
Nadie hasta hoy,
de todos los que han gobernado este ayuntamiento de Molledo, han tenido la
visión suficiente y necesaria para que el yacimiento de las tumbas medievales
que la autovía descubrió en 2003 y que volvió a sepultar en parte, se pueda convertir en uno de los motores de mejora
y crecimiento territorial de este pedazo de tierra cántabra.
La explotación turística del patrimonio cultural en Cantabria es altamente insuficiente. Qué hacer con él requiere de una importante apuesta en políticas conservacionistas y su puesta en marcha, además de un gran equipo multidisciplinar, dependerá de unas iniciativas tan ambiciosas como el proyecto al que se aspire. Según Alberto P.Martí, miembro del proyecto Arqueotur (proyecto de promociones del turismo arquelógico) advierte que Cantabria, con su ubicación privilegiada, tiene la posibilidad de convertirse en referente internacional en el desarrollo de estrategias de desarrollo turístico a largo plazo que integre el patrimonio arqueológico de un modo realmente sostenible. Además apunta que ese referente, puede mejorar notablemente si a la oferta de turismo patrimonial le añadimos la del turismo de naturaleza y gastronómico.
Si desde el
punto de vista jurídico la figura de parques arqueológicos nos diera cierto
pavor, no hay problema. Desde 1998
Cantabria tiene contemplada esa figura en su Ley de Patronato, el único problema
es que nadie hasta ahora la ha ejecutado.
Foto montaje |
Más de nueve
millones de europeos vienen a España, todos los años, solo por motivos
culturales. ¿Pero qué está pasando? ¿No hay nadie ahí fuera que abra los ojos
ya? Tenemos que espabilar. No basta que
nuestro patrimonio sea solo un motivo de orgullo. Cantabria debe avanzar en la creación
de infraestructuras que reconviertan nuestro orgulloso patrimonio en el otro
motor de nuestra precaria economía…
No sé si las
tumbas de Santibañez darían para convertirlas en parque arqueológico, pero de
lo que sí estoy seguro es que, debajo de la tierra, podrán conservarse otros 1000 años mas.
Creo que ya es el tiempo de la luz. Hay que poner en conocimiento de todos lo que aquellas comunidades han mantenido durante mucho tiempo oculto. De cómo fueron sus modos de vida y muerte, su entorno socio-político y lo
importante que fue el alto medievo para el presente de este pueblo. Se lo debemos y nos lo debemos.
Todo un gustazo
para muchos de esos nueve millones de europeos
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