28 abril 2015

Bajo la tumba de Tutankamón



Frente al concepto de bien común, una vez más Molledo da la nota..pero no la talla.
Sus representantes se vuelven a enzarzar en tramas imposibles de conocer donde tiene la pescadilla su cola.
  Que si despotismo, que si nepotismo,  que si no tiene nada que ver...Como siempre el empoderamiento permitido, puede decidir cómo y cuándo iniciar cualquier tipo de proyecto y en política, esto suele tener alta rentabilidad cuando se acercan unos comicios electorales. Pero si alguien piensa que el resto de los mortales no sabemos como funciona el chiringuito, es cuanto menos pueril, pero al no ser de otra manera,  no queda más remedio que sucumbir al marketing propagandístico. 
Por supuesto, que todo ello tiene unos grandes beneficios en términos electoralistas y de partido, sobre todo para quien pone en marcha tales iniciativas. Pero para otros puede también tratarse de la autopista mejor asfaltada del mundo, si a los primeros la megalomanía les llegara a pesar demasiado.

Pero las obviedades son incontestables y el tan preciado interés por el bien común se nos escapa por el desagüe. Lo que unos y otros avivan asumiendo roles de perros y gatos es el ejemplo menos afortunado que, a finales de una legislatura,  puede un ayuntamiento dejar en herencia a sus queridos vecinos. Claro que si esa ha sido la tónica general, es como para pensárselo. Penosa representación y cansina puesta en escena. No escucharon a Cristina:"...Gobernar es negociar..." pero siempre , por todo  y con todos. Llegas tarde Cris.
Aunque como ya se sabe...me parece que bajo la tumba de Tutankamón subyace algo permanentemente oscuro e irremediablemente resucitable. Es la característica más común y menos afín de la que poder disfrutar en bien del interés general.

No hay comentarios:

Fiestas de Molledo 2022