Ahora tocan a muerto, en las campanas de mi pueblo. Creo que son seis los que en un solo año nos han dejado. Descendientes de un mismo árbol, grande y muy enraizado.
Y sin quererlo… se ha marchado. Si el día antes, de la braña bajaba, el día después la pelona se lo ha llevado. Dolor y solo dolor deja la ausencia del que sentado a la vera de su casa, como el lobo a su camada, custodiaba permanentemente a su prole… y a su lado.
Líder de un gran clan, nunca dijo quién mandaba, solo su presencia era el fiel reflejo del buen pastor vigilando su rebaño. Te echaremos en falta vaquero, a ti… y a tus hermanos. Recuerdo años no olvidados de ir contigo y tu ganado, segar el prao del agua o el que tenías al lado de Marcano, y pasarme aquel botijo que lleno de agua fresca saciaba nuestra sed… Y si la memoria no me falla… cantabas como nadie, aunque muy pocos te han escuchado, aquella tonada tan bonita, que con voz muy al uso de esta tierra, el tiempo te la ha apagado.
Todos recuerdos, siempre recuerdos y ninguno malo.
Otro pilar que se ha quebrado, solo y desarmado… pero queda tranquilo vaquero,
¡a buen pastor…buen rebaño!
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