27 noviembre 2010

Pastor

Hombruco de nívea mata, mejor talante y perpétuo cimbrear,
hoy he tenido noticias de tí…
y mi corazón muy triste está.
Te tengo que contar que mis recuerdos te retienen con tu ijá. Bajo un brazo que lo prensa y que lía un pitu, todo dispuesto para hablar. A paso lento llegaste dónde quisiste tú estar, con tus ovejas, con tus vacas. Orgulloso de los tuyos, pero mucho más de tu pilar.
Para tí toda mi infancia, para tí… y alguno más.
Ni yo te olvidé ni tú a mí… ¡verás!
Los caminos marcan rutas pero las huellas no se borran así… sirven para andar.
La última vez que te ví me llamaste, como siempre y yo te saludé: ¿qué tal estás?...Me dejaste tu perpetua sonrisa, que posé sobre mi infancia sin decírtelo jamás. Y así, todo seguía en su lugar.
Y pensando que alguien como tú nunca moriría, me dije: ¡hasta luego viejo amigo! que los dioses te conserven tal y como estás.
Desde entonces no te he visto, yo en mi sitio, tú en tu lugar.
Las campanas han doblado y te fuiste… charlando con tu hermano… lo sabías ¿verdad?
Ahora te tengo que dejar pastor, descansa en paz… las ovejas tienen hambre ¿quién las dará de cenar?

No hay comentarios:

Fiestas de Molledo 2022