12 octubre 2015

D.BERNARDO ANTONIO DE QUIJANO TERÁN Y AGUAYO (2ªParte)

Óleo de Molledo 1739
  
  
La toponimia
Si miramos a la izquierda del óleo, junto a la palabra MERIDIANO, que corresponde al punto cardinal Sur, vemos el puente que cruzaba hasta Silió. Y un poco más abajo se encuentra otro lugar muy interesante, el topónimo  POZO  LIN.  Suena muy parecido a su denominación actual de Portolin, pero los vecinos entonces lo llamaban POZO LIN. Fue la deformación lingüística la que hizo el resto para terminar evolucionando y convertirse finalmente en Portolin -y adiós a la idea bucólica de un gran lago en época romana- Seguimos al lado del puente y el camino se desdobla. El sendero de la izquierda asciende hasta el pueblo de Molledo atravesando un pequeño puente que salvaba el regato que bajaba por “La  Churra”- antiguamente, usado para lavar la ropa- y hacia la derecha  otro ramal que el pintor denomina:“ CAMINO QUE VA A LOS MOLINOS. Daba servicio a los molinos harineros y probablemente tuviera continuidad hasta el cercano molino harinero de Helguera. 


Las iglesias

C:\Documents and Settings\policia\Configuración local\Archivos temporales de Internet\Content.Word\molinos buena-1.jpgContinuando con nuestro análisis, en la parte superior derecha, podemos ver dos iglesias: La de mayor tamaño que correspondía con el templo románico de Santiuste o San justo y Pastor que actualmente ocuparía los terrenos del actual cementerio. Y junto a ella, más pequeña, la ermita dedicada a la Virgen del Camino, aparecida en ese lugar hacia el año 1600.  Con el paso de los años ésta ermita se transformará en la iglesia actual y el templo románico terminará sucumbiendo, pasto de las llamas, en un incendio que se producirá poco tiempo después; de hecho, en el catastro del Marqués de La Ensenada cuando se nombran las iglesias de Molledo, ya no aparece el templo románico. Un antepasado de nuestro personaje de nombre, Don Antonio de Terán Quevedo dijo en 1693 ser patrono de la iglesia parroquial de San Justo y Pastor de Molledo, con derechos privativos de la capilla Mayor, asientos y  sepulturas en ella heredados de sus padres y abuelos, con tarima y estrado de mujer junto a la grada del altar mayor y otro asiento al lado de la Epístola, bajo el altar de santa  Catalina. Y si nos fijamos más al centro del pueblo, también emerge solitaria una pequeña ermita que por su situación, me inclino a pensar que sea la de  San Roque, aunque en esa fecha cercana a la iglesia parroquial, existía otra ermita dedicada a San Millán. La construcción de San Roque se remonta al siglo XVII, aunque en sus comienzos la imagen que se veneraba en su interior era la de San Miguel Arcángel, dato éste recogido en el Diccionario de Cantabria. Geográfico, Histórico, Artístico, Estadístico y Turístico, “Arce Diez Pedro”, “Estudio 2006”. Este  cambio de “Santo”,  pudo ser debido a dos causas: La advocación de San Roque siempre estuvo ligada a la protección de los pueblos ante las epidemias, es posible que los vecinos cambiaran la imagen para que intercediera por ellos. Otro motivo pudo ser, que los vecinos hiciesen un “Voto de villa”. Es decir, un acto en el cual, prometieran al santo hacer algo en su honor si éste les concedía una petición. No se sabe cuál de las dos opciones fue por la que optaron nuestros antepasados. . Además de ésta, existían otras tres ermitas más, todas ellas en la zona de  Villordum: MolletusEn  Santibañez,  con su ermita dedicada a  San Juan -yacimiento, tristemente descubierto en el año 2003 durante las obras de la autovía y que se quedó en el olvido de los que no debiera, para seguramente, terminar desapareciendo si un milagro no lo remedia- ubicada en el lugar de Respalacios. Los orígenes del cementerio descubierto se remontan a los siglos VIII-IX , en el año 978  ya se la conoce como “Iglesia de San Juan en Iguña”, y dejo de utilizarse antes del siglo XII, posteriormente, ya en el siglo XVI, se construyó el pequeño templo encontrado junto al cementerio.


La superficie excavada fue de unos 500 m2 y se dejaron al descubierto 228 tumbas. Otra ermita, la de Santa Águeda, se encontraría  junto a los “praos” del mismo nombre y por último la de Santiago, situada en Cacerón, a ésta última,  en el año 1017 ya se la nombraba  como “Iglesia de Santiago en el lugar de Cacarone (Cacerón)”. En cada una de ellas, había un mayordomo  elegido entre los vecinos durante un año por el regidor y el cura, se encargaba de recaudar y gestionar sus bienes y rentas y de cuidar del mantenimiento de la iglesia, a mediados del siglo XIX,  esta labor  es asumida por el Párroco. Como curiosidad se recoge que, la ermita con más tierras era la de San Roque y que su mayordomo, Manuel de Quevedo dejó por escrito en qué iba a gastar los fondos por aquel entonces recaudados: “Los que distribuyo, como tal mayordomo, en ceras para la luminaria de dicho santo San Roque y en repasos de su ermita.



La arquitectura civil
El  modelo de casas que se ve en el oleo son las  llamadas  Casas Llanas. Se tratan de casas de piedra de planta baja, de tres metros de altura, con patio y corral donde solía haber un hórreo o un pozo y un huerto protegido por una pequeña pared para impedir el acceso de los animales. Estaban orientadas en su mayoría al Este, buscando el máximo aprovechamiento del sol y al resguardo de los vientos del Norte y Oeste. La vivienda y la cuadra ocupaban espacios separados con accesos independiente desde la calle; encima de ella estaba el pajar, para almacenar la hierba seca y sobre la vivienda, el desván,  para almacenar las patatas, las manzanas, los ajos, las cebollas, las alubias etc. Las puertas de la vivienda y de la cuadra eran diferentes, la primera era un arco de sillería de medio punto o apuntado y la otra presentaba un dintel de una sola piedra o de madera. Finalmente el portalón delantero estaba cubierto, y servía como almacén de aperos y secadero. Las estructuras de las casas eran de maderas como el roble, castaño o nogal, para la mampostería se usaban el canto rodado de los ríos y la piedra arenisca de cantera. El vidrio no se usaba todavía en las ventanas por lo que la luz que entraba se conseguía abriéndolas. En esta época se desarrolla aun elemento muy significativo de la arquitectura montañesa como es la agrupación de casas en hilera, que se van añadiendo a una casa original. Las casas añadidas generalmente eran habitadas por hijos y nietos.
Esquema de la evolución de las casas llanas a la Casona montañesa.
Por JL Madrazo
              

Fiestas de Molledo 2022