27 septiembre 2014

Fiestas 2014 MOLLEDO

Os dejo mi versión videográfica de las fiestas de este año. Buen tiempo, buen ambiente, mucha gente y muchas ganas... El próximo año, mas y mejor....

16 septiembre 2014

Pasando a limpio el resto del año

Algo faltó en el programa de fiestas de este año... y yo solo quiero que lo lean:


   Todos los años esperamos con ganas que nos traigan el  programa de las ferias. Se acaba el verano, empieza el cole.  En todas las casas se lee con ganas ¿Qué hay nuevo? ¿Qué orquestas? ¿Qué coros?. El último día subiendo del ferial me hago la cuenta que ha pasado un año más, porque para mí los años van del 11 de septiembre de un año hasta el siguiente, ya sé que no es así,  que los años acaban el 31 de diciembre. En mi casa no. Y es el momento de pasar a limpio el resto del año. Estas ferias hay algunos lectores menos. Pasa siempre, a cada uno de nosotros nos falta alguien. Yo este año quiero destacar a dos de mis vecinos/maestros.

La fidelidad, la rutina  la sencillez, el amor al trabajo y la dedicación a los demás son  cinco valores a la baja de este mundo y en este momento, pero que yo admiro por encima de los demás. En el recorrido que cada uno de nosotros hacemos por la vida, nos acompañan personas que dejan huella, por unas u otras razones. En mi camino ha habido muchas, como en el de todos, hoy voy a señalar a dos de ellos, no por ser los más importantes, si, por haberme ayudado a formarme como persona:
 

EL


- LA FIDELIDAD: Asistí a la misa celebración de sus bodas de oro en San Roque. Ser fiel a la misma merienda durante todas las tardes: unas galletas debidamente envueltas en su papel de alumino, con su lata de refresco, con un "detalle importante" si su mujer no se las traía, él no merendaba.  
Seguir asistiendo a todas las romerías y bailes que se ofertaran juntos,  para bailar, sin perder baile, con paragüas, si hiciese falta.
A la excursión a Cádiz, cuando la salud se lo permitió y respetando la salud de ella.

A la virulencia que lleva el ferrocarril, que era el politono de su móvil que sonaba sin parar en tiempo de bolos.
A las excursiones que organiza la peña de las vaquillas a donde fuese, a San Fermín, sin pereza, con curiosidad.
A la familia, a los nietos, a los deportes de cada uno de ellos, a sus resultados.
A sus ideales políticos, contra viento y marea.
A la limpieza de la bolera, a la organización de la misma, al prohibido comer pipas, al prohibido meter bicis.

Al ofrecer asientos a los asistentes, siempre ejerciendo de buen anfitrión
Al Iguña, al fútbol, a la partida, a los entierros, a la lectura del periódico en el Centro cívico, al 15 de agosto en Quevedo, a las gafas de cerca, a los bolos, a las ferias, al campeonato de España de bolos.

A la bicicleta con la que vendió lotería, repartió programas, etc.

  -LA RUTINA: trabajo por la mañana, comida, reposo, partida de cartas en el bar, concurso de bolos, merienda, más bolos, recoger el corrobolos, cenar, tomar la fresca en la calle y mañana más rutina.
   -LA SENCILLEZ: Un ser humano que no quiere aparentar más que lo que es, con sus defectos, con sus virtudes, con sus dificultades, con el saber aceptar el desgaste que produce la edad, sin hacerse jamás el sabiondo, teniendo una sabiduría que ninguno de nosotros ha adquirido de momento, con unas cajas con montones de fotos sin clasificar pero de todas sabía el momento y lo que allí se estaba viviendo y si no sabía, con mucha sencillez lo admitía y buscaba soluciones en forma de otras personas que lo pudieran explicar, que para decir la verdad eran muy pocas ocasiones, con un montón de recuerdos dispuesto a compartir, sin resentimientos, con  el único interés de contar su experiencia vital.   
- EL AMOR AL TRABAJO: Recoger lecherinas para los conejos, leña para la lumbre, limpieza del corrobolos, arreglo del mismo entre concurso y concurso, colgando banderas y bombillas que daban inicio a las ferias, organizando la carrera ciclista, la carrera de caballos, montando el cerrado para las vaquillas, poniendo a tono la bolera, cavando, pintando, rascando, regando, organizando, tendiendo puentes entre árbitros y jugadores, para que estos

pudieran compatibilizar el trabajo con el ocio/deporte, en la agenda más desorganizada que yo he visto nunca, claro q esta agenda era "especial", tenía un solo folio, lleno de puntos negros, rojos. Pero el orden es algo relativo de cada uno y por último y si la ocasión lo requería plantando bolos con 80 años. Buscando sin parar patrocinadores para el libro de ferias, trofeos para los diferentes concursos.
-LA DEDICACIÓN A LOS DEMÁS: ser la vía por la que los jubilados de Molledo puedan viajar en la última fase de su vida, robando tiempo a la familia, a las aficiones. Que la tercera edad de Molledo tuviera su fiesta particular, su comida de hermandad, es un regalo que alguien se hace así mismo, pero también a los demás. La organización de la parrillada que tanto éxito tiene en San Justo.

 ELLA


-LA FIDELIDAD: A Ángel, a sus hijos, a sus sobrinos, a sus hermanos, a sus amigos, a sus conocidos, a los niños, a los clientes de la leche de sus vacas, con las perolas de cada uno en cada escalón de la cuadra bien organizado, a sus gatos, a sus gallinas, a sus praos, y por encima de todo a sus vacas, a las partidas de cartas por las noches, al periódico, a sus ideas políticas, a las elecciones, sin fallar nunca y después para celebrar el día  excepcional, fiel a las rabas y al vermut del Pecas. En la vejez a la televisión, a los gatos, a la manta, a la toquilla, a la lumbre.

-LA RUTINA: Madrugar muchísimo para dar de comer a las vacas, para asearlas como si fueran humanas, para ordeñar, para desayunar de tenedor, patatas, huevos fritos y panceta, sin un problema de colesterol jamás, para llevar las vacas al prao, cruzando su hija OIga la carretera, entonces nacional (Santander-Madrid) para darle el paso cuando no venían coches, preparar el carro para hacer el agosto, plantar la huerta, sallar, resallar.
-LA SENCILLEZ: Con ella aprendí yo que los praos, lo mismo que las vacas tienen nombre propio. El prao de laVarga no es un prao cualquiera, es el prao de la Fragua.
Me repetía siempre sin pereza, como uno era capaz de sobrevivir en la vida con facilidad: no metiéndose bocados más grandes que los que puedas masticar. Escucharle como fueron sus comienzos económicos y su prosperidad  en la vida, eran lecciones particulares sin precio de lo que para mí es el primer cimiento de nuestro camino por la vida... es LA CULTURA DEL ESFUERZO.
  -EL AMOR AL TRABAJO: Ella sería hoy una mujer rural, lo que en la ciudad se llama una mujer realizada, de las que reciben premios, por trabajar sin parar  en un mundo de hombres, con las dificultades que añadía la época en la que vivió. Era un ganadero más, pero en femenino, le añadía su toque femenino, el que en su época estaba designado solo a las mujeres, sostenía la teoría que las vacas debían estar limpias, porque eso era señal
indiscutible que las cuadras estaban limpias, una vaca con costras indicaba para ella que esa persona mostraba al mundo como  tenía su propia casa. La huerta, la recogida de los frutales, el ordeño, la casa, la feria, los tratos.

-LA DEDICACIÓN A LOS DEMAS: Todos los niños de Molledo, incluyendo a los veraneantes hemos llevado sus vacas al prao del agua o hemos subido a su carro de hierba cargado hasta arriba. Además de un zoológico a la mano de cualquiera, su casa ha sido un restaurante sin horarios de cocina ni  número de cubiertos restringido, un supermercado constante de huevos, hortalizas y nueces.  Después de una vida dura de trabajo Dios le quiso premiar con una vejez sin dolores, y hasta el anteúltimo minuto con la cabeza en su sitio, pero incluso cuando se le descolocó, lo primero que te decía al verte cogiéndote la cara con las dos manos a la vez: "...ay!dame un beso, pero cuanto te quiero..."
Los dos decidieron irse en mayo. Él dos años y dos días más tarde. Pensando, pensando me doy cuenta todo lo que tenían en común.Todo lo que somos, lo aprendemos en la escuela,  en nuestras familias, pero también somos esponjas que aprendemos de quienes nos rodean y yo en este sentido he sido una persona privilegiada, he tenido dos grandes maestros. Luis y Mariuca, han sido algunos de los míos. A Mariuca yo le debía esto, empecé a escribirlo hace dos años, pero razones ajenas a mi voluntad me lo impidieron y hoy ha sido el día. Este año el programa de ferias va a tener algunos lectores menos, cada uno sabemos quiénes son. No los nombro para no olvidar a otros. Todos están en nuestro corazón y así siguen entre nosotros, solo dejamos de verlos. Escuché a una persona leer entre lágrimas un párrafo de un libro muy nuestro,  que dice que los pueblos los forman aquellas personas que pasaron por aquí y nos acompañaron.

Luis y Mariuca, me alegro de haberos conocido. Gracias por todo lo aprendido
           


 

Fiestas de Molledo 2022