19 octubre 2013

De paseo con Armando y Virtudes



Buen día, buena tarde y mejor suerte. En Hornillos nos abrió las puertas don Álvaro Fernández Villaverde y Silva, Ducado de Santo Mauro desde 1890 creado por Alfonso XIII y que fue reconvertido del anterior título de Príncipe di Santo Mouro del año 1705 y además  VI duque de San Carlos (desde 1988 ), XVI marqués del Viso ( desde 1961 ), V marqués de Pozo Rubio ( desde 1989 ), XV marqués de Santa Cruz de Mudela,  XIII marqués de Villasor, conde de Castillejo, conde de Estradas y conde de Togores... o como  más gusta de trato,  Álvaro de Santa Cruz.  Y como todo hombre que se precie,  mujer debe tener para poder dar mayor estabilidad a cualquier título recibido, y ella es Doña Enriqueta Bosch y García Bravo,  a la que todos cariñosamente le dicen Keta.
Toda la amabilidad entregada en dichos anfitriones, tranquilizó nuestro comezón a la hora de presentarnos ante herencia tan grande de España procedentes de aquel Don Álvaro de Bazán vencedor de la batalla de Lepanto, primer Marques de Santa Cruz  y que despertó nuestras ganas de conocer lo que con entera disposición nos ofrecieron...  
Después de las salutaciones el heredero de tanto título comenzó a contarnos los misterios del Palacio de Los Hornillos y como hace tiempo declaró: "Ahora, la aristocracia debe representar un papel no como grupo, sino individualmente" ...y dicho y hecho...de su mano nos llevó a recorrerlo.
El palacio fue diseñado por el arquitecto inglés Ralph Selden Wornam al estilo neogótico a finales del siglo XIX y fue construido precisamente allí por que su bisabuelo era hijo del señor que vivía en la casona de estilo neoclasico que hay en el pueblo y que hoy en día ha sido rehabilitada para uso gastronómico como salón, para banquetes de bodas y bautizos.. La finca tiene una de las mayores extensiones de terreno de toda Cantabria de aproximadamente unas 60 hectáreas,  donde pasta una ganadería de tipo vacuno charoles. La finca fue concebida como un espacio de recreo para los meses de verano, hasta sus últimos días de gloria que tuvieron lugar unos pocos años antes del final de la segunda guerra mundial.
Los momentos más álgidos se establecieron durante su cercanía como jefe de la casa de la Reina Victoria Eugenia y el Rey Alfonso XIII,  en cuyo momento, las relaciones con su esposo y suegra la reina madre Maria Cristina, eran muy complicadas.
Según nos relata nuestro anfitrión, su bisabuelo,  era  consciente de esas dificultades y lo que sucedió es que Santo Mouro propició su salida del palacio de Miramar en San Sebastian y se la trajo aquí. En aquellos días de estancia en Hornillos, en el encuentro que tuvo con mas personajes de Santander, le fue propuesta la idea de venir a veranear a Santander, a lo que la reina contesto: "...si llego a tener una casa como ésta vendría..."  y zas!! Le regalaron el Palacio de la Magdalena...

¡Qué generosos hemos sido siempre los cántabros..., desde perder nuestra historia hasta entregarles nuestra leche!
En fin, después recorrimos la finca ensordecidos por la grija, rodeamos el lago y a su derecha el curioso cementerio de perros de la familia, donde descansan los mas fieles.
Árboles de gran porte nos escoltaban a lo largo del recorrido en cuyas raíces se firmaron lazos perpetuos con los de la casa.
En nuestro recorrido pasamos por la torre de los hornillos, torre vigía almenada en tres alturas, reservada a la entrada por el septentrion, y proyecto de futuro nido para noche de bodas. También rozamos otras piedras, talladas en las fachadas, con las iniciales de los allí presentes y de los otros....los ausentes. Mas piedras, también labradas al poniente, con fechas,  para recordarnos cuando lo iniciaron y cuando pusiéronle fin. Relojes en las cumbres que parecen haber perdido su función. Renovaciones necesarias, para mantener estilos perdidos, que precisan actualizaciones que garantizen el futuro de tanta herencia.
Engarces familiares que entroncan con familias del pueblo:  Rueda, El Norteño,  etc
Una vaquería, contemporánea al palacio, presidida por San Anton Abad con vestiduras de monje acompañado por un cerdo o en otros altares, sufriendo tentaciones. Santo vigilante sobre las pesebreras nominadas donde Estrella, Ligera, Paloma....fueron las protagonistas, en otra añada de dicho salón.



Curioso pasadizo bajo la carretera que rodea al Palacio. Recuerdos de película que a diestro  y siniestro me traían las sombras de Grace esperando a su marido, junto a sus hijos  Anne y Nicholas. Y una Bertha Mills que se incorporará extrañamente de otro mundo,  para decirnos quienes eran...aquellos.

Las sombras del film nos llevó hasta la casa y por fin entramos en aquel resistente refugio. Creímos estar donde realmente no estábamos y los interiores de carton piedra para una buena película, se convirtieron en magníficas estancias rehabilitadas para el uso y disfrute de una familia bien colocada. Y que nosotros, esos cántabros que sin titularnos porque los antecedentes no nos fueron tan benévolos (aunque nos quedó el orgullo de ser hijos de esta tierra, Cantabria, raíz de una España que se olvidó de quien le dio la vida), supimos agradecer de todo corazón lo que Armando y Virtudes, teckeles de pelo duro, nos guiaron con tanta ilusión.

Es posible que haya muchas mas formas de contar lo que a cada uno de nosotros nos dejó esa visita..., pero esta fué la mía.

 Muchas gracias a la familia de Santo Mouro por dejarnos entrar en su morada.
 

Fiestas de Molledo 2022